Los árboles, además de ser un elemento ornamental indiscutible, son una pieza clave en la educación; ellos nos enseñan la importancia de preservar el aire del Dióxido de Carbono propio de las ciudades; estación tras estación, nos muestran un ciclo de vida como ningún libro de texto; sirven como cobijo y alimento a muchas aves, que se nos acercan y nos ayudan a conocer cantos, vuelos y costumbres; y, además, crecen junto a nosotros, acompañando nuestra estancia en la Escuela y enseñándonos una vida paralela a las nuestras.
Así, el FAPAS (Fondo Asturiano para la Protección de los Animales Salvajes) ha querido colaborar con nuestro propósito y nos hizo entrega, la pasada semana, de varios ejemplares de cerezo silvestre, uno para cada clase del Colegio, que plantaremos en breve.
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